MARTÍNEZ

 

 

Mrtínez «patronímico derivado de Martín»

 

Se trata de un apellido patronímico que, como tantos otros, no tienen relación entre sí los distintos solares de esta denominación. Es un derivado del nombre propio Martín.

 

Pero lo que interesa es conocer su origen, es decir, el lugar de su procedencia, tal cosa sí estamos en condiciones de informarlo:

 

Las casas más antiguas que se conocen de Martínez estuvieron ubicadas en Asturias y Galicia. Por tanto, todas las ramas parten de dichos lugares geográficos. En la región gallega hubo numerosas casas de este apellido y entre ellas, como una de las más antiguas, se encuentra la que radicó en la Parroquia de San Salvador del Poyo, del Concejo de Poyo, y partido judicial de Pontevedra. De esta casa se recuerda, como fundador a don Jacobo Martínez, natural de San Salvador de Poyo, que contrajo matrimonio con doña Juana Martínez, del mismo lugar y Concejo, entre cuyos descendientes se encuentra don Fernando Martínez y Barba de Figueroa, natural de Pontevedra y Caballero de la Orden de Carlos III, en la que ingresó en 30 de marzo de 1.829.

Hay otra casa gallega que radicó en la Villa de Muros (La Coruña), fundada por Matías Martínez Porrúa, entre cuya descendencia podemos citar al doctor Francisco Martínez Pastor que fue fiscal de Morillo en el año 1.816.

 

Otra casa Martínez estuvo en la feligresía de San Milano, en el Concejo de Allende, establecida en lo que había sido un viejo solar de infanzones del que procedió don Antonio Martínez, ricohombre, a quien sucedió el conde Rodrigo Martínez. Los de esta familia fueron descendientes de Diego Martínez, Maestre de la Orden de Alcántara y Comendador Mayor de dicha Orden. En Vizcaya también existieron casas Martínez. Una, en la Puebla de Aulestia y otra en la anteiglesia de Murélaga, del partido judicial de Marquina. En Guipúzcoa se estableció otra rama de los Martínez. en la villa de Palencia, del partido judicial de Vergara. Un miembro de esta familia Francisco Martínez, pasó a Chile, dando origen a una rama de este apellido en aquel país americano.

 

En el lugar de Cos, del partido judicial de Cabezón de la Sal, moró una familia muy antigua del linaje Martínez, con línea en América. De una casa soriana Martínez establecida en Villar del Campo, del partido judicial de Agreda, procedió don Agustín de Martínez que pasó al Nuevo Mundo con los primeros conquistadores españoles. La nobleza de este apellido fue probada numerosas veces por caballeros que deseaban ingresar en las distintas Ordenes Militares y así lo hicieron en las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada y Real Audiencia de Oviedo.

 

Otra casa de Martínez, burgalesa, hubo cerca de la ciudad de Frías, del partido judicial de Briviesca, y otra en Aguas Cándidas, del mismo partido.

 

El Condado de Troncoso fue creado el 2 de septiembre de 1.762 recayendo en la persona de don Pedro Martínez Feijó y en 1.872, don Manuel Martínez y Pérez Hernández fue creado Marqués de Romeral. Entre los conquistadores que pasaron al Nuevo Mundo llevando como apellido Martínez, hay que destacar a Domingo Martínez de Irala, nacido en la villa de Vergara en 1.509. Siendo el año 1.535 tomó parte en la expedición de don Pedro de Mendoza, al Río de la Plata, participando en lo que fue la primera fundación de Buenos Aires. Posteriormente mandó uno de los tres navíos que componían la flota de Juan de Rolas remontando los ríos Paraná y Paraguay y en el puerto de Candelaria quedó Martínez de Irala como lugarteniente con parte de la tropa, mientras Ayolas continuaba su viaje de exploración.

 

En 1.540, al morir Ayolas, Martínez de Irala decidió regresar a Asunción dado que allí los indios eran más pacíficos y las tierras más ricas. Como a comienzos de 1.542 llegara el nuevo Adelantado, Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, se organizó otra expedición hacia el Chaco al mando de Martínez de Irala, que fundó el Puerto de los Reyes.

 

Disgustado por lo que entendía merma de su autoridad. Martínez de Irala fraguó una conspiración que apresó a Cabeza de Vaca y lo envió a España. Organizó una nueva expedición en busca del anhelado Río de la Plata, compuesta de unos 300 españoles. Y entretanto, en Asunción, los partidarios de Cabeza de Vaca habían destituido y decapitado a Francisco de Mendoza, lugarteniente de Martínez de Irala. Regresó éste consiguiendo imponer de nuevo su autoridad, aunque su gobierno fue muy duro con los indios y con los españoles, no cabe duda de que sentó las bases para el futuro del Paraguay. Toda su vida estuvo obsesionado con las leyendas de los legendarios tesoros y fue uno de los que dieron crédito a la célebre fábula, porque de eso se trataba, de El Dorado.

 

Esta leyenda, como se sabe, se refería a un fabuloso rey que cubría su cuerpo con polvo de oro, tanto era el metal aurífero que abundaba en sus tierras. Absurda historia en la que también creyó el vasco Lope de Aguirre, con las funestas consecuencias que su locura le acarreó no sólo a él sino a cuantos hombres le acompañaron en su alocada expedición en busca de tal rey.

 

ARMAS

 

La casa burgalesa de Aguas Cándidas: En campo de azur, un castillo de plata, y un lebrel manchado de plata y sable, queriendo entrar por la puerta. Al lado izquierdo del castillo, un árbol de sinople.

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